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viernes, 23 de noviembre de 2018

Las olas de calor afectan a la fertilidad masculina.


El cambio climático podría representar una amenaza para la fertilidad masculina, según un estudio realizado por 10 investigadores de universidades de Polonia y Reino Unido, que aseguran que las olas de calor dañan los espermatozoides en los insectos, lo que acarrea impactos negativos para la fertilidad en varias generaciones.El estudio, publicado en la revista Nature Communications, indica que la infertilidad masculina durante las olas de calor podría ayudar a explicar por qué el cambio climático está teniendo un impacto en las poblaciones de especies, como las extinciones relacionadas con el clima durante los últimos años."Sabemos que la biodiversidad está sufriendo debido al cambio climático, pero las causas y sensibilidades específicas son difíciles de precisar. Hemos demostrado en este trabajo que la función espermática es un rasgo especialmente sensible cuando el ambiente se calienta", apunta Matt Gage, de la Universidad de Anglia del Este (Reino Unido) y autor principal del estudio.Gage añade que, "dado que la función del esperma es esencial para la reproducción y la viabilidad de la población, estos hallazgos podrían proporcionar una explicación de por qué la biodiversidad está sufriendo bajo el cambio climático"."Las olas de calor son eventos climáticos extremos particularmente dañinos. Se sabe que las extinciones locales ocurren cuando los cambios de temperatura se vuelven demasiado intensos. Queríamos saber por qué sucede esto. Y una respuesta podría estar relacionada con el esperma", añade.Los científicos observaron los efectos de olas de calor en escarabajos rojos de la harina (Tribolium castaneum), que fueron expuestos a condiciones térmicas estándar u olas de calor simuladas de cinco días entre cinco y siete grados más de la temperatura óptima. A partir de ahí analizaron el daño potencial del calor al éxito reproductivo, la función del esperma y la calidad de la descendencia.

Comportamiento sexual

Los investigadores descubrieron que las olas de calor reducían a la mitad la cantidad de descendientes que los machos podrían producir y que un segundo episodio de este tipo casi los esteriliza. Por el contrario, las hembras no se vieron afectadas por las olas de calor.Después de las olas de calor experimentales, los machos redujeron la producción de espermatozoides en tres cuartas partes y cualquier esperma producido posteriormente tardaba en migrar a los órganos femeninos y era más probable que muriera antes de la fertilización.Además, las olas de calor causaron un cierto impacto en el comportamiento sexual masculino porque los machos se apareaban con la mitad de frecuencia que cuando no había episodios de altas temperaturas, que causaron daños en la fertilidad de tres generaciones."Se cree que los escarabajos constituyen una cuarta parte de la biodiversidad, por lo que estos resultados son muy importantes para entender cómo reaccionan las especies al cambio climático. La investigación también ha demostrado que el choque térmico puede dañar la reproducción masculina en animales de sangre caliente, y trabajos anteriores han demostrado que esto conduce a la infertilidad en los mamíferos", explica Kirs Sales, investigador de posgrado de la Universidad de Anglia del Este.

Fuente: ElMundo.es

lunes, 30 de abril de 2018

El 95% de la población mundial respira un aire 'peligroso' para la salud

En la ciudad de Ho Chi Minh, Vietnam, viven más de 8 millones de personas y la mayoría circula en moto. 
El 95% de la población mundial respira un aire 'peligroso' para la salud
MEDIO AMBIENTELa contaminación interior y exterior contribuye a 6,5 millones de muertes prematuras al año

Las emisiones de CO2 ligadas al carbón se disparan un 30%

Reducir el CO2 podría salvar a 153 millones de personas

El 95% de la población mundial respira un aire 'peligroso' y por encima de los límites recomendables de contaminación, según el informe State of Global Air del Health Effects Institute (HEI). Las ciudades, donde se congregan más de la mitad de los casi 7.500 millones de habitantes del planeta, son el caldo de cultivo del que está considerado ya como el cuarto factor mortal, después de la alta presión sanguínea, la mala dieta y el tabaco.La contaminación interior y exterior, causadas principalmente por la quema de combustibles fósiles, contribuye a 6,5 millones de muertes prematuras al año, con una incidencia especial en las grandes megalópolis de India y China o en las zonas rurales de Africa donde el carbón y la leña siguen siendo la principal fuente energética en los hogares."La brecha entre las zonas más contaminadas y menos contaminadas del planeta se está agrandando año tras año", ha advertido Bob OKeefe, vicepresidente del HEI, con sede en Boston, que ha combinados datos obtenidos por satélite con mediciones a nivel de tierra en más de 150 países.

Crece la brecha ecológica
"En los países desarrollados existe la conciencia y la determinación de limpiar el aire para velar por salud de los ciudadanos", ha recalcado OKeefe. "Pero en los países en desarrollo, el control de la contaminación va por detrás del impulso al crecimiento económico".El 'bache' de la contaminación, comparable al de la riqueza, es casi el doble de lo que era a finales de los años noventa. Aunque las medidas emprendidas en los últimos años por China e India, donde se registran una de cada cuatro muertes prematuras por la mala calidad del aire, son razones para un relativo 'optimismo', según el informe del Health Effects Institute."China se está moviendo agresivamente para cortar la dependencia del carbón e imponer mayores controles de la calidad del aire en las ciudades", ha apuntado Bob OKeefe. "India ha dado también un paso adelante para combatir la contaminación interior, impulsando la electrificación con energías limpias y el gas licuado del petróleo como alternativa al carbón doméstico".

Enemigo invisible
Se estima que 2.600 millones de habitantes están expuestos a niveles de contaminación interior en los hogares superiores al máximo recomendable. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto un especial énfasis en combatir este enemigo invisible que afecta a los países en desarrollo.Las emisiones del transporte, de la industria y de las centrales térmicas son por otra parte los principales responsables de la contaminación exterior. Mientras las ciudades occidentales han declarado la guerra al diésel y han levantado barreras al tráfico, en los países en desarrollo siguen circulando millones de vehículos de gasolina que superan todos los límites permitidos y sin ningún tipo de control.OKeefe ha destacado cómo en la última década ha ido aumentando sin embargo la presión sobre las autoridades locales, gracias a la campañas en redes sociales y a una mayor conciencia ciudadana sobre los efectos de la mala calidad del aire, que se ha convertido en el mayor riesgo ambiental para la salud humana y puede contribuir a la muerte por enfermedades respiratorias, por afecciones cardíacas y por infartos cerebrales.

Fuente: ElMundo.es

martes, 29 de agosto de 2017

Más de la mitad de la población mundial vive en zonas de transmisión de Dengue


En el Día Internacional del Dengue, expertos advierten que la estrategia fundamental para combatir la enfermedad es eliminar los criaderos de mosquitos.
Es transmitida por vectores con mayor crecimiento en el mundo, dado que su incidencia se multiplicó por 30 en los últimos 50 años. En el mundo, más de la mitad de la población a lo largo de 140 países y territorios reside en zonas de transmisión y cada año se infectan alrededor de 390 millones de personas, con tres millones de casos de dengue grave y 25 mil muertes, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
América latina es el continente que reportó más casos. En la Argentina se reintrodujo en 1998, desde entonces hay casos todos los años, y los brotes más importantes se produjeron en los años 2009 y 2016.

"Es una infección aguda causada por un virus que puede afectar a personas de cualquier edad. Existen cuatro tipos de dengue (DEN 1, DEN 2, DEN 3 y DEN 4), esto quiere decir que una persona puede contraer la enfermedad hasta cuatro veces en su vida, con consecuencias que pueden ser más o menos graves. El dengue hemorrágico es el más severo y puede causar la muerte. El dengue se transmite por la picadura de mosquitos infectados, en especial los Aedes aegypti; no se contagia entre personas", explicaron expertos de la Fundación Centro de Estudios Infectológicos (FUNCEI), presidida por el infectólogo Daniel Stamboulian, que se suma a esta iniciativa global con distintas actividades y campañas de difusión.

"La estrategia fundamental para combatir el dengue es eliminar los criaderos de mosquitos. Para ello, es esencial tirar los envases que puedan acumular agua, limpiar bien las canaletas y los bebederos de animales, recambiar el agua de floreros y mantener el césped corto o desmalezar. Para crear conciencia acerca de esta problemática, desde FUNCEI realizamos capacitaciones dirigidas a profesionales de la salud, docentes y comunidad. También generamos campañas de difusión y desarrollamos materiales educativos para distintos públicos. Es fundamental que todos participemos, por eso los invitamos a sumarse y acompañarnos", resumió Stamboulian.

Vacuna esperada

Entre las medidas preventivas, además de la eliminación de criaderos y del uso adecuado de repelentes para evitar la picadura del mosquito, es importante conocer que existe una vacuna producida por el laboratorio Sanofi Pasteur que protege contra los cuatro tipos de dengue.

México fue el primer país en aprobar la vacuna en 2015 y actualmente, está aprobada para su comercialización en 17 países de Asia y Latinoamérica. En la Argentina, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) la aprobó en marzo de 2017 para personas de 9 a 45 años de edad que viven en áreas endémicas. La vacuna estará disponible en el mercado a fin de año.

"Recordemos que los síntomas de dengue son similares a los de la una gripe: fiebre sin resfrío, dolor detrás de los ojos o al mover los ojos, dolor de cabeza o en articulaciones y músculos, manchas o erupción en la piel con picazón, cansancio intenso, náuseas y vómitos. También puede haber sangrado de encías o nariz y otras hemorragias. Quienes tienen síntomas o sospecha de tener la enfermedad deben consultar al médico y no automedicarse ni con ibuprofeno ni con aspirina", puntualizó Stamboulian.

Las acciones de FUNCEI incluyen spots en redes sociales bajo el hashtag #BastaDeDengue en los que participan varias celebridades. Esta campaña implementada conjuntamente con Sanofi Pasteur, comenzó en 2016 en la Argentina y ahora se replica en Paraguay. Además, hasta fin de año se ofrecen capacitaciones online y jornadas presenciales gratuitas sobre enfermedades transmitidas por mosquitos a equipos de salud y docentes de las provincias de La Rioja, Misiones, Chaco y Salta.

Entre las publicaciones editadas por FUNCEI en 2017 figuran el libro "Contraataque al dengue" con actividades y material didáctico para chicos, sus padres y maestros; un newsletter para profesionales de la salud sobre dengue y las medidas de prevención y un flyer para comunidad sobre enfermedades transmitidas por mosquitos. Muchos de estos materiales están disponibles en el sitio web institucional y con el hashtag #BastaDeDengue.

Fuente: DiarioDeCuyo.com.ar

jueves, 20 de julio de 2017

El mapa de los países más vagos del mundo

Cuanto más azul, más pasos al día dados. Y, cuanto más rojo, menor actividad registrada por el móvil.
Un estudio investiga la actividad física de 111 países gracias a los pasos contados por los móviles
Los españoles dan 5.936 pasos al día de media. La cifra los coloca en el quinto lugar del mapa mundial de la actividad física, solo superados por chinos, japoneses, rusos y ucranianos. Entre los menos activos están los habitantes de los países del golfo Pérsico y los del sudeste asiático. EE UU, México y Brasil aparecen como las naciones occidentales más perezosas. El mapa, obtenido gracias a una app para contar pasos instalada en el móvil, ha permitido a sus autores descubrir que allí donde hay más variación (desigualdad de actividad) hay más obesidad.


Investigadores de la Universidad de Stanford (EE UU) han aprovechado que la mayoría de la población adulta de los países más desarrollados (y cerca del 50% en los menos) tienen un teléfono avanzado o smartphone para dibujar un novedoso mapa mundial de la actividad física. La mayor parte de estos móviles vienen con una aplicación para contar pasos o podómetro que, gracias a los sensores de movimiento que hay dentro del terminal, miden la distancia recorrida. Si a la app se le dan detalles como la edad, el sexo, el peso, la altura y pistas sobre la dieta, determina el índice de masa corporal (IMC) y estima las calorías quemadas a cada paso.

Para crear su mapa, los científicos de Stanford contaron con toda esa información de más de 717.000 personas de 111 países recopilada durante una media de 95 días, en total 68 millones de días de actividad física. La primera variable que manejaron fue la media aritmética de los pasos al día recorridos en cada país. La clasificación de los más activos está encabezada por los chinos y, dentro de China, los habitantes de Hong Kong son los humanos (con móvil) que más caminan del planeta, con 6.880 pasos. Les siguen los ucranianos, japoneses y rusos, cerrando los españoles la lista de los cinco más activos.

En el extremo más ocioso del mapa aparecen varios países del golfo Pérsico, como Arabia Saudí y Catar, y del sudeste asiático como Filipinas y Malasia. Los menos activos son los indonesios, con casi la mitad de los pasos que dan los chinos, 3.513. Para encontrar a un país de América Latina hay que ir al puesto 34, donde están los mexicanos (4.692 pasos) o al 40, en el que aparece Brasil (4.289). Venezolanos, argentinos o colombianos tampoco son muy activos.

El mapa se puede reordenar según diferentes criterios, como la actividad física por género, por edad o en función del IMC declarado. Pero, como no todos caminan lo mismo, también se puede redibujar con otra variable que los autores del estudio llaman desigualdad en la actividad y refleja la variación de actividad dentro de cada país. La idea es la misma que la de otras desigualdades, como la de los ingresos o la de la distribución de la renta: es un buen indicador de la mayor o menor desigualdad que hay en un país determinado, en este caso de la mayor o menor prevalencia de la obesidad.

"Si lo ves como que algunas personas de un determinado país son ricas en actividad y otras pobres en actividad, la distancia entre ellas es un fuerte indicador de los niveles de obesidad en esa sociedad", dice en una nota el profesor de Stanford y coautor del estudio, Scott Delp. Al volver a dibujar el mapa pero con este índice de desigualdad de actividad, los chinos vuelven a ser los más igualitarios, es decir, los menos obesos. Los japoneses aguantan en la sexta posición, pero rusos y ucranianos son desplazados por los suecos y los surcoreanos. Los españoles bajan a la décima posición. Casi más interesante es lo que sucede al final de la lista. Los países árabes copan los últimos puestos pero acompañados por varios grandes países de ascendencia británica: Canadá, Australia, Nueva Zelanda o Estados Unidos están entre los 10 menos activos y más obesos.

El índice de desigualdad de actividad desvela otro dato: el peso del género en el mapa. "Cuando la desigualdad de actividad es mayor, la actividad de las mujeres se reduce mucho más que la de los hombres, lo que implica que la conexión con la obesidad puede afectar en mayor grado a las mujeres", explica el investigador y coautor del estudio, Jurij Leskovec. De hecho, al pintar el mapa combinando género y desigualdad de actividad, entre los más igualitarios aparecen los países nórdicos y, entre los menos, los árabes y EE UU.


DEBILIDADES Y SESGOS EN EL ESTUDIO
Aunque los datos sobre obesidad desvelados por los móviles concuerdan a grandes rasgos con los que maneja la Organización Mundial de la Salud, los investigadores reconocen que puede haber algunos sesgos en el diseño de su trabajo que afecten a sus resultados.

En primer lugar, a pesar de que tenían datos de ciudadanos de 111 países, redujeron la lista a los 46 de los que tenían información de al menos 1.000 personas. Otra limitación es inherente al estudio: La aplicación usada para contar los pasos (Argus, de Azumio) no viene de serie en los móviles, hay que instalarla y es probable que los interesados en una app como esta ya estén predispuestos a realizar más actividad física. Además, la conexión entre obesidad y actividad física va más allá de caminar. Los que nadan o van en bicicleta se quedan sin contar esos pasos.

Pero el mayor problema podría ser que, aún estando disponible para móviles Android, los investigadores restringieron su estudio a teléfonos iPhone, lo que podría devaluar la validez estadística de la muestra.

Fuente: ElPais.com