A sus 83 años y 7.000 horas de buceo a sus espaldas, la oceanógrafa considera que la ignorancia y el conformismo son los dos mayores enemigos de la especie humana.
"Los océanos han sido hasta ahora un pie de página, cuando en realidad son la clave del cambio climático", ha advertido Sylvia Earle, la oceanógrafa galardonada en el 2018 con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, en el cierre de la conferencia Change the Changeque durante tres días ha reunido a los máximos expertos mundiales en San Sebastián. A sus 83 años, con 7.000 horas de buceo a sus espaldas, Earle proyectó su voz ondulada en un llamamiento a la acción para preservar "el corazón azul" del planeta.
"Los océanos no sólo regulan las temperaturas, sino que generan la mayoría del oxígeno en el mar y en la atmósfera y facultan los ciclos del agua, del carbono y del nitrógeno", recalcó Sylvia Earle, que recordó de paso su acto de feminismo submarino cuando participó en 1970 en la primera expedición de mujeres acuanautas.
"Curiosamente, conocemos mejor la superficie lunar que los océanos, pero por fortuna todo eso está cambiando", reconoció. "Está aumentando la conciencia sobre la importancia de los mares para nuestra propia subsistencia. Pero nos está costando entender que hay límites en el océano a la hora de tratar las especies, y en lo que los humanos podemos introducir o extraer... Pues bien, hemos sobrepasado esos límites, y seguimos esperando que los océanos funcionen".
Insistió Earle en cómo los océanos juegan "un papel fundamental a la hora de dictar el clima del planeta" y cómo son al tiempo un indicador del calentamiento global. "El agua de los mares absorbe el calor y ha alcanzado temperaturas récord en el último medio siglos", recalcó la oceanógrafa, sin necesidad de mencionar los recientes estudios sobre los efectos devastadores para la vida marina de las olas de calor.
SUBIDA DEL NIVEL DEL MAR
"El nivel del mar ha subido también en el mismo período y se espera una subida aún mayor que puede poner en riesgo a decenas de ciudades costeras en la próximas décadas", añadió Earle. "Y finalmente, el cambio climático está provocando la acidificación de los océanos y afectando a muchas especies".
"El mayor problema del hombre es no saber", advirtió Su Majestad de las Profundidades, como popularmente se la conoce en Estados Unidos. "Sin embargo, hemos aprendido mucho en este último medio siglo y, armados con ese conocimiento, tenemos poder. Esa es la mejor razón para la esperanza".
La ignorancia y el conformismo son, según Sylvia Earle, los dos mayores enemigos de la especie humana. Y otro problema invisible es el mito de que la inmensidad del mar puede con todo, incluida la acción depredadora del hombre.
"Quedan en el mar apenas el 10% de los tiburones que había cuando yo era pequeña", recalcó la científica, que vaticinó la extinción de los grandes peces blancos a menos que se produzca un giro radical para progerlos y evitar su consumo. "Estamos extrayendo del mar hasta los mircroorganismos, sin reparar en que sin las pequeñas criaturas, cambia la química del planeta".
"Todo el daño que causamos a los océanos nos lo hacemos a nosotros", nos recordó Sylvia Earle hace diez años, cuando la entrevistamos en su centro de operaciones en la bahía de San Francisco. La inagotable exploradora de National Geographic, fundadora de Mission Blue y primera mujer científica en la Administración Oceánica y Atmosférica norteamericana (NOAA), se despidió reclamando un examen de conciencia de la especie humana: "Podemos mirarnos al espejo. Somos nosotros los que elegiremos lo que será el mundo. Los próximos diez años marcarán la diferencia".
Los cuatro últimos años han sido los más calurosos de la Historia reciente
El incendio más mortífero de la historia de California
"Cada vez que llueve recibo un correo electrónico del director de obras públicas. Me traen sacos de arena y hago todo lo que puedo". Son las palabras de Betsy Ann Cowley, propietaria del terreno de Pulga Town, donde comenzó el incendio de Camp Fire en California, EEUU. Una hora antes de Nochebuena, Cowley compartía con este medio su angustia. Desde que se produjo el fuego en noviembre vive con el temor a que un desprendimiento o una riada se lleve todo el cañón. El informe final del Equipo de Respuesta de Emergencia de la Cuenca de California alerta del peligro de inundación del pueblo de Pulga. De darse fuertes precipitaciones, hay "riesgo para la vida" de los residentes. No queda ni rastro de la vegetación original y las características del suelo no hacen de la zona un lugar seguro. Los puentes y las vías de evacuación tampoco están en las mejores condiciones. "No quiero causarle estrés, pero necesita estar lista para buscar un terreno más alto rápidamente", son las recomendaciones que le llegan por teléfono cuando amenazan las lluvias.El incendio de Camp Fire que se produjo en noviembre fue el más destructivo y mortífero de toda la historia de California. 85 personas perdieron la vida. Se quemaron 620 kilómetros cuadrados de terreno, un área mayor a todo el término municipal de Madrid. El fuego destruyó 14.000 hogares y los daños ascienden a 9.000 millones de euros. Sin embargo, no fue el único incendio de grandes proporciones de este año en California. En esa misma fecha, algo más al sur, el incendio de Woolsey Fire arrasó 392 kilómetros cuadrados de superficie. Murieron tres personas y las pérdidas se cuentan en 2.600 millones.Aunque un acontecimiento fortuito desencadenó el desastre, el calor, la falta de lluvia, la sequedad de los bosques y el viento de la zona contribuyeron a su propagación e hicieron difícil su extinción. Según un informe de la ONG británica Christian Aid publicado este miércoles, la precipitación de la región ha sido claramente inferior a la media para este año. El estudio indica que el área quemada al oeste de EEUU se ha duplicado en los últimos 30 años, un hecho que para los científicos está relacionado con el cambio climático. "El mensaje de nuestro informe es que el cambio climático está afectando a las personas en todas partes, incluso en los países más ricos del mundo. Ya nadie está a salvo" ha afirmado a EL MUNDO Kat Kramer, delegada mundial sobre cambio climático de Christian Aid.
Las temperaturas de 2018 han sido inusuales. El dato lo confirma la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que en su informe anual calificaba los últimos cuatro años como los más calurosos de la Historia reciente. Japón, por ejemplo, ha sufrido uno de los veranos más cálidos que recuerda el país, con olas de calor que provocaron 30.000 ingresos hospitalarios por insolación y cientos de muertes. Además, tras las altas temperaturas vinieron fuertes lluvias e inundaciones por todo el país. Murieron 230 personas. Las aseguradoras han calculado las pérdidas en casi 5.000 millones de euros.En Ciudad del Cabo, Sudáfrica, la sequía que se vive desde 2015 he llevado a la población al límite en 2018. Las autoridades incluso se prepararon para el llamado "día cero", momento en que se cerraría definitivamente la llave de paso del suministro municipal de agua. El plan preveía el corte para el 75% de los grifos de la urbe y el abastecimiento de sus casi cuatro millones de habitantes estaba programado para darse en tan sólo 22 puntos de agua. Afortunadamente, antes de que esto ocurriera, las estrictas medidas de ahorro redujeron el consumo a la mitad y las restricciones de este bien, que es indispensable para la vida, empezaron poco a poco a disiparse. La sequía le costó al país algo más de mil millones de euros.El calentamiento global producido por la emisión de gases de efecto invernadero, dice el informe de Christian Aid, está detrás de todos estos acontecimientos. Este estudio recopila casi una centena de referencias que relacionan fenómenos meteorológicos extremos y cambio climático por todo el globo terrestre. Alberto, Chris, Ernesto, Florence, Gordon, no son sólo nombres de personas, sino de ciclones tropicales. Cada año, las distintas autoridades meteorológicas preparan la lista de apelativos que usarán para designar a cada uno de ellos. 2018 será recordado por el devastador huracán Florence, que a finales de agosto adquirió la categoría 4, con vientos de hasta 220 kilómetros por hora. Su impacto se sintió desde Cabo Verde hasta la costa oeste de Estados Unidos. Murieron 51 personas y los daños materiales fueron de 15.000 millones de euros. Menos costoso en términos económicos (13.000 millones de euros), pero algo más letal en cuanto a número de víctimas mortales fue, no obstante, el huracán Michael, también de categoría 4 y vientos de 250 kilómetros hora. Este se produjo a mediados de octubre y a su paso desde Cuba a Florida y Centro América se llevó la vida de 54 personas.
Es cierto que en Estados Unidos, América Central y el Caribe ya conocen bien estos fenómenos. En la memoria de todos está el huracán Katrina, que en agosto de 2005 fue responsable de la muerte de 1.836 personas y provocó daños por valor de 95.000 millones de euros. Sin embargo, la temporada de huracanes de 2018 en el Atlántico norte ha superado en número, en extensión y en pluviosidad a la de otros años. El informe de Christian Aid alerta de que el cambio climático provocará un mayor número de ciclones tropicales y que estos tendrán graves consecuencias.En Europa, 2018 ha destacado también por la virulencia de las lluvias y las inundaciones que han dejado a su paso, llevándose la vida de 69 personas. Italia (36), Francia (16), España (13), Reino Unido (2) y Portugal (2), son los países que más han sufrido. El huracán Leslie y una serie de ciclogénesis afectaron a estos países durante la primera quincena de octubre. Tampoco hay que olvidar, por el contrario, los estragos de las altas temperaturas registradas este verano en otros países, como República Checa, Inglaterra, y Suecia. La sequía ha provocado daños valorados en 7.500 millones de dólares (6.500 millones de euros). "Las proyecciones indican que, a menos que las emisiones de carbono disminuyan rápidamente, las olas de calor como éstas se volverán normales en España. La sequía será cada vez más común y duradera y se perderán muchas casas en la costa por la subida del mar. Algunos alimentos importantes para los españoles estarán bajo la amenaza de la temperatura o de la sequía y los precios serán más altos", ha comentado Kramer. "La única forma de evitar que esto suceda es con un rápido descenso de las emisiones de carbono", ha añadido.Cuantificar los daños debido al cambio climático es complicado y sólo se puede hacer con precisión si se tienen en cuenta fenómenos meteorológicos concretos que a su vez se puedan relacionar con el calentamiento global. A ese respecto, Kramer ha explicado a este medio que las regiones más pobres, como África, son las más vulnerables y ha destacado la situación que viven países que podrían desaparecer si sigue subiendo el nivel del mar, como Bangladesh. La activista alerta de las fuertes migraciones que se producirán en un futuro debido a una población que no podrá permanecer por más tiempo en sus lugares de origen y cómo no se está teniendo en cuenta esta situación. "Los gobiernos internacionales no están preparados para los movimientos que podrían ser causados por el cambio climático", ha alertado.
Un informe de los auditores europeos alerta sobre la falta de medidas adecuadas en la UE ante un problema que afecta especialmente a España y Portugal
"El riesgo de desertificación en la Unión Europea no se aborda de forma eficaz y eficiente". Con esta frase resume el Tribunal de Cuentas europeo la situación de la lucha contra una de las consecuencias del cambio climático que amenaza especialmente a España y al sur del continente: la mayor vulnerabilidad a la desertificación. La radiografía de los auditores europeos, publicada este martes, continúa así: "Pese a que la desertificación y la degradación de las tierras constituyen amenazas actuales y crecientes en la UE, la Comisión no tiene una idea clara de estos problemas, y las medidas tomadas para luchar contra la desertificación carecen de coherencia".
La desertificación es una forma de degradación del suelo en las tierras secas cuya importancia ha empezado a ponerse de manifiesto este año con el largo período de altas temperaturas y bajas precipitaciones registrado durante el pasado verano. Tiene como resultado la infertilidad de los suelos y la reducción en la producción de alimentos. "Sus efectos", añade el informe, "serán especialmente agudos en Portugal, España, Italia, Grecia, Chipre, Bulgaria y Rumanía".
El tribunal llevó a cabo su fiscalización entre septiembre de 2017 y mayo de 2018 y entre otras cosas hizo visitas de auditoría a cinco Estados miembros que se declararon afectados por la desertificación: España, Italia, Chipre, Portugal y Rumanía. Fueron seleccionados también por "su vulnerabilidad a la desertificación" y para abarcar distintas condiciones climáticas, vegetación, actividades humanas y riesgos. Los auditores analizaron además documentos estratégicos, informes y datos.
Entre la documentación consultada por los auditores europeos sobre España figura el Programa de Acción Nacional de España de 2008, según el cual "el 74% del país está en riesgo de desertificación", tal y como refleja el informe del tribunal. El 18% presenta un riesgo alto o muy alto, mientras que el 19% tiene un riesgo medio. "La situación es especialmente preocupante en la Región de Murcia, la Comunidad Valenciana y las Islas Canarias", añade el trabajo. En estos territorios, el riesgo de desertificación es "alto" o "muy alto" en más del 90% del territorio.
"El informe me parece relevante por ser de la institución que vela por la sostenibilidad de la economía. Muestra que ecología y economía son cada vez más inseparables, y que no hacer frente al cambio climático supone grandes costes, cuando es un riesgo predecible y evitable", asegura José Luis García Ortega, responsable de cambio climático de Greenpeace.
El texto, según Ortega, advierte de "la incoherencia de las políticas asumidas hasta ahora". Y se explica: "Entendemos que ha advertido la incoherencia que supone que con fondos de la PAC se estén promoviendo prácticas agrícolas o ganaderas insostenibles, entre otros factores por el exceso de consumo de agua o por la degradación del suelo, o de la incoherencia de seguir subvencionando el uso de combustibles fósiles con una mano, mientras con la otra mano hay que hacer frente a los costes crecientes de los impactos del cambio climático, entre ellos los desplazamientos forzosos de población por la desertificación, como apunta el Tribunal de Cuentas".
Respecto a la situación de España asegura: "No hay constancia de que los presupuestos nacionales estén preparados para hacer frente a esas contingencias, pero sobre todo la llamada de atención es si tiene sentido tener que pagar por las consecuencias de algo que podemos evitar pero que estamos alimentando con nuestros presupuestos". En el caso de España, "la respuesta evidente es que no", añade, porque aunque se ha avanzado al unificar las políticas ambientales, climáticas y energéticas bajo un mismo ministerio, la anunciada Ley de Cambio Climático sigue sin ver la luz. Como España es uno de los países más afectados por la desertificación, "debería liderar la lucha contra el problema", afirma este experto. El Ministerio de Transición Ecológica todavía no ha comentado el informe.
El informe incluye la respuesta de la Comisión Europea al trabajo de los auditores. En ella, el Ejecutivo comunitario "reconoce que el riesgo de desertificación y degradación de las tierras podría abordarse mejor" y asegura que era una parte del objetivo de la propuesta de la directiva marco sobre el suelo que la Comisión decidió retirar "a falta de una mayoría cualificada en el Consejo durante ocho años". El Ejecutivo concluye que, ante la ausencia de legislación en la UE en materia de protección del suelo, son los Estados miembros los que "tienen la responsabilidad de aplicar las medidas apropiadas a escala nacional".
Ilustración que muestra cómo pudo ser la región ártica hace 50 millones de años.
Un equipo de investigadores utiliza registros del pasado para elaborar modelos del clima futuro del planeta según se tomen o no medidas para frenar el calentamiento.
La Tierra ha vivido épocas mucho más cálidas. Hace 50 millones de años, durante el Eoceno, la temperatura media del planeta era 13 grados mayor, no había hielo en los polos y las selvas cubrían un mundo tropical en el que los ancestros de los mamíferos modernos ocupaban el hueco dejado por los “recién” extintos dinosaurios. Si se mantuviesen las emisiones de gases con efecto invernadero en los niveles actuales, en poco más de un siglo se llegaría a una situación climática parecida a la del Eoceno. Como suelen argumentar quienes niegan la influencia humana en el cambio climático, no sería la primera vez en la historia del planeta en la que se ha alcanzado ese punto. Lo que convierte el actual proceso en excepcional es la velocidad del cambio. En menos de dos siglos se habría revertido un proceso paulatino de 50 millones de años de enfriamiento.
El cálculo lo acaba de publicar en la revista PNAS un equipo liderado por Kevin Burke, de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE UU), que quiere utilizar el pasado como referencia para tratar de prever cómo será el mundo hacia el que nos dirigimos. Para hacer sus predicciones los investigadores tomaron las distintas proyecciones planteadas por el quinto informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU y las compararon con datos recogidos sobre la historia geológica terrestre.
En este viaje al pasado, en 2030, la Tierra ya habría retrocedido climáticamente hasta hace tres millones de años, en el Plioceno medio. Aquel mundo, en el que nuestros antepasados comenzaron a caminar erguidos, tenía una temperatura entre dos y tres grados mayor que la actual y los mismos niveles de dióxido de carbono. Sin embargo, debido a la mayor temperatura de los milenios anteriores, las capas de hielo en los polos eran más finas y el nivel del mar estaba 25 metros por encima del actual. En aquel tiempo se produjeron algunos de los cambios que hicieron el mundo como lo conocemos. Norteamérica y Sudamérica se unieron, la fusión del subcontinente indio con Asia provocó la ascensión de la cordillera del Himalaya y comenzó un periodo árido que cambió las selvas por sabanas que hicieron posible la aparición de la humanidad.
Los modelos empleados por los autores del artículo sugieren que, en el escenario más extremo, hay un 9% de regiones del planeta, concentradas en el sudeste asiático y el norte de Australia, en las que el nuevo clima no podría compararse con registros del pasado de la Tierra. En su estudio, se refieren a las llamadas para mantener las condiciones climáticas dentro de las que vieron aparecer la agricultura y con ella la civilización, algo que se define como un “espacio operativo seguro”. Comparando las proyecciones con el pasado geológico, los autores quieren comprender mejor dónde se encuentran los umbrales que nos pueden sacar de ese espacio seguro y qué significa cruzar cada uno de ellos.
En una nota de su institución, el paleoecólogo de la Universidad de Wisconsin-Madison y coautor del estudio John Williams señala que “cuanto más nos alejemos del Holoceno [el periodo que comenzó tras la última glaciación y continúa ahora] más probable es que nos salgamos del espacio operativo seguro”. Y apunta a la rápida evolución del conocimiento sobre el cambio climático y sus efectos. “En los veintitantos años que llevo trabajando en este campo, hemos pasado de esperar que el cambio climático sucediese a detectar sus efectos, y ahora estamos viendo que está provocando daños. La gente muere, se producen daños materiales y vemos incendios y tormentas más intensos que se pueden atribuir al cambio climático”, ha aseverado.
Asumiendo una visión optimista, las predicciones muestran que la vida es resistente y puede adaptarse a grandes cambios. Sin embargo, la velocidad de la transformación es inédita y, aunque la vida esté a salvo, eso no significa que las especies individuales vayan a superar esta revolución climática intactas.
El cambio climático podría representar una amenaza para la fertilidad masculina, según un estudio realizado por 10 investigadores de universidades de Polonia y Reino Unido, que aseguran que las olas de calor dañan los espermatozoides en los insectos, lo que acarrea impactos negativos para la fertilidad en varias generaciones.El estudio, publicado en la revista Nature Communications, indica que la infertilidad masculina durante las olas de calor podría ayudar a explicar por qué el cambio climático está teniendo un impacto en las poblaciones de especies, como las extinciones relacionadas con el clima durante los últimos años."Sabemos que la biodiversidad está sufriendo debido al cambio climático, pero las causas y sensibilidades específicas son difíciles de precisar. Hemos demostrado en este trabajo que la función espermática es un rasgo especialmente sensible cuando el ambiente se calienta", apunta Matt Gage, de la Universidad de Anglia del Este (Reino Unido) y autor principal del estudio.Gage añade que, "dado que la función del esperma es esencial para la reproducción y la viabilidad de la población, estos hallazgos podrían proporcionar una explicación de por qué la biodiversidad está sufriendo bajo el cambio climático"."Las olas de calor son eventos climáticos extremos particularmente dañinos. Se sabe que las extinciones locales ocurren cuando los cambios de temperatura se vuelven demasiado intensos. Queríamos saber por qué sucede esto. Y una respuesta podría estar relacionada con el esperma", añade.Los científicos observaron los efectos de olas de calor en escarabajos rojos de la harina (Tribolium castaneum), que fueron expuestos a condiciones térmicas estándar u olas de calor simuladas de cinco días entre cinco y siete grados más de la temperatura óptima. A partir de ahí analizaron el daño potencial del calor al éxito reproductivo, la función del esperma y la calidad de la descendencia.
Comportamiento sexual
Los investigadores descubrieron que las olas de calor reducían a la mitad la cantidad de descendientes que los machos podrían producir y que un segundo episodio de este tipo casi los esteriliza. Por el contrario, las hembras no se vieron afectadas por las olas de calor.Después de las olas de calor experimentales, los machos redujeron la producción de espermatozoides en tres cuartas partes y cualquier esperma producido posteriormente tardaba en migrar a los órganos femeninos y era más probable que muriera antes de la fertilización.Además, las olas de calor causaron un cierto impacto en el comportamiento sexual masculino porque los machos se apareaban con la mitad de frecuencia que cuando no había episodios de altas temperaturas, que causaron daños en la fertilidad de tres generaciones."Se cree que los escarabajos constituyen una cuarta parte de la biodiversidad, por lo que estos resultados son muy importantes para entender cómo reaccionan las especies al cambio climático. La investigación también ha demostrado que el choque térmico puede dañar la reproducción masculina en animales de sangre caliente, y trabajos anteriores han demostrado que esto conduce a la infertilidad en los mamíferos", explica Kirs Sales, investigador de posgrado de la Universidad de Anglia del Este.
El aumento del nivel del mar contaminará los acuíferos de islotes y atolones del Pacífico y el Índico
En la noche del dos al tres de marzo una ola de seis metros llegó hasta las costas de Roi-Namur. La altura del agua no sería mucha si no fuera porque la elevación media de este trozo de tierra en mitad del Pacífico no supera los dos metros. Además de dañar la red de infraestructuras, el agua del mar elevó la salinidad del acuífero, comprometiendo su potabilidad. Un estudio sobre aquel evento pronostica ahora que el cambio climático multiplicará la frecuencia e intensidad de estas olas, haciendo inhabitables a miles de pequeñas islas y atolones del Pacífico y el Índico en 30 años.
El destino de muchas de estas islas ya estaba escrito: el deshielo y otros fenómenos asociados al calentamiento global están subiendo el nivel global del mar. Aunque hay cierto baile de centímetros, estimaciones moderadas hablan de una subida de las aguas de hasta dos metros a lo largo de este siglo. Teniendo en cuenta que en muchas islas del Pacífico y del índico lo más alto que hay es una palmera (construcciones humanas aparte), paraísos como Maldivas, Kiribati o Tuvalu acabarán sumergidos por las aguas. Los científicos discrepan en el cuándo, que si comienzos del siglo XXII, que si a mediados... pero no en que pasará.
Sin embargo, un grupo de investigadores de EE UU, Países Bajos e India están convencidos de que mucho antes de que el agua del mar las borre del mapa, la mayoría de estas islas ya no albergarán vida, al menos la humana, ya que se quedarán sin agua potable. Para llegar a esta conclusión, resultado principal de un estudio publicado en Science Advances, los autores de esta investigación modelaron la respuesta a la incursión del agua salada de la ola de 2014 en el acuífero de Roi-Namur, una de las 1.100 islas repartidas por 29 atolones que tiene el estado de islas Marshall.
Comprobaron que el aumento del nivel del mar amplifica el impacto de las grandes olas. La principal protección de estas islas, la mayoría formadas por acreción de material orgánico, son los arrecifes coralinos que, desde metros antes de la línea de costa, forman una llanura (berma) que suaviza la llegada de las olas. Pero, sobre un mar más elevado, la cresta de la ola de 2014 superó la berma inundando la parte norte de la isla. Los investigadores estiman que, con un aumento del nivel del mar de un metro, Roi-Namur sufrirá al menos una de estas olas al año antes de mediados de siglo.
"Las avenidas de agua del mar suelen provocar la incursión de agua salada en el subsuelo, contaminando el acuífero de agua dulce", explica el hidrólogo del Servicio Geológico de EE UU (USGS por sus siglas en inglés) y coautor del estudio, Stephen Gingerich. En condiciones normales, las lluvias posteriores se infiltran en el terreno y, en unos meses, acaban expulsando el agua salada por la diferencia de densidad. Pero con la reducción del régimen de lluvias que predicen todos los modelos climáticos y el mayor impacto de las olas, el escenario cambia: "Las lluvias siguientes no bastarán para expulsar el agua salada y renovar el suministro de agua de la isla antes de la llegada de la tormenta del siguiente año repitiendo la incursión", añade.
Los autores del estudio creen que muchas otras islas compartirán el destino de Roi-Namur tarde o temprano. "Es uno de los atolones de mayor altitud en el mundo", recuerda el especialista en morfología costera del instituto de investigación Deltares (Países Bajos) y coautor del estudio, Ap van Dongeren. "La mayoría de los otros atolones son más bajos, por lo que son más susceptibles a las inundaciones", añade. En la lista están atolones, islas e islotes de las Carolinas, las Islas Cook, Maldivas, Seychelles... e incluso algunas del archipiélago de Hawái, al norte.
"El punto de inflexión en el que la mayoría de los atolones dejarán de disponer de agua potable se superará a mediados del siglo XXI a más tardar", opina el geólogo del USGS y principal autor del estudio, Curt Storlazzi. Sin embargo, Storlazzi no cree que estas islas se "ahoguen" o "mueran" al llegar a este umbral. "Más bien sufrirán avenidas con tal frecuencia que la incursión de agua del mar afectará negativamente a las infraestructuras, el agua dulce, la agricultura y los hábitats haciendo complicado, si no imposible, la vida en las islas sin significativas y probablemente costosas medidas de mitigación", añade.
Es probable que Roi-Namur, que alberga un centro de investigación y ensayo de misiles balísticos de EE UU, se salve aunque sea llevando agua en aviones cisterna. El futuro habitado de las demás islas es más incierto.
Diferencia entre la temperatura de 2017 y la media del periodo 1981-2010. OMM
La temperatura media el año pasado fue 1,1 grados superior a la de la época preindustrial
La Organización Meteorológica Mundial ha confirmado hoy que 2017 ha sido uno de los tres años más calurosos —junto a 2016 y 2015— desde que comenzaron los registros en 1880. El análisis de la institución muestra que la temperatura media en la superficie del planeta el año pasado fue 1,1 grados centígrados superior a la del periodo 1880-1900, considerado "preindustrial". El año 2016 mantiene el título de más cálido, con 1,2 grados por encima de esa referencia preindustrial.
“La tendencia a largo plazo de la temperatura es mucho más importante que la clasificación de los años individuales. Y esa tendencia es ascendente”, ha subrayado en un comunicado el finlandés Petteri Taalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial. “17 de los 18 años más cálidos han sido registrados durante este siglo, y el grado de calentamiento en los últimos tres años ha sido excepcional. El calentamiento del Ártico ha sido especialmente pronunciado y esto tendrá repercusiones profundas y duraderas en el nivel del mar y en los patrones climáticos en otras partes del mundo”, ha alertado Taalas. Su institución ya advirtió en diciembre de que las temperaturas en el Ártico aumentan al doble del ritmo que la temperatura mundial.
La organización recuerda que 2016 fue especialmente cálido porque se sumó el efecto de El Niño, un fenómeno cíclico natural relacionado con un aumento de las temperaturas en la parte oriental del Pacífico tropical. 2017 ha sido el año más caluroso sin El Niño. El año pasado, incluso, vivió el fenómeno contrario, La Niña, que enfría los termómetros. Pese a todo, 2017 empata con 2015 como año más cálido, tras el excepcional 2016.
“Las temperaturas solo cuentan una pequeña parte de la historia. El calentamiento en 2017 estuvo acompañado por un tiempo extremo en muchos países del mundo. Estados Unidos ha vivido su año más costoso en términos meteorológicos y de desastres climáticos, mientras que otros países han visto su desarrollo ralentizado o revertido por ciclones tropicales, inundaciones y sequías”, destaca Taalas.
"Los resultados globales enlazan con lo que estamos observando en España. Aquí, 2017 ha sido el año más cálido desde que comenzó la serie en 1965", explica Rubén del Campo, de la Agencia Estatal de Meteorología. La temperatura media mundial en 2017 fue 0,46 grados superior al promedio del periodo 1981-2010. En España, ese aumento se ha "disparado" hasta 1,1 grados, según advierte Del Campo.
El análisis de la Organización Meteorológica Mundial combina los datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE UU, del Instituto Goddard de Investigaciones Espaciales de la NASA, del Centro Hadley de la Oficina Meteorológica de Reino Unido, del Servicio Meteorológico de Japón y del programa Copernicus del Centro Europeo de Predicción Meteorológica a Medio Plazo.
Respecto a la temperatura global que había antes de la era industrial
Un estudio recrea cómo será la Tierra si la temperatura global aumenta 2ºC o 1,5ºC respecto a la era industrial
La España verde se seca
La sequía y los grandes incendios forestales han hecho que 2017 pase a la historia como uno de los peores años para la naturaleza en España y Portugal, pero también en regiones lejanas como California (EEUU). A la falta de lluvias en otoño -ha sido el más seco de este siglo- se han sumado unas temperaturas inusualmente altas. Y es que, si en 2016 sorprendió la ola de calor que hizo en septiembre, el buen tiempo del que disfrutamos en octubre de 2017 en buena parte de España era más propio de meses primaverales como mayo o junio. Pero lejos de ser extraordinarios, parece que estos cambios en las estaciones podrían convertirse en habituales si la temperatura global sigue aumentando. Al menos así lo cree un equipo internacional de investigadores que han calculado cómo será el mundo en dos escenarios climáticos: con un aumento de dos grados respecto a la temperatura que había al inicio de la era industrial, o con un incremento de 1,5ºC, que es el objetivo marcado por la comunidad internacional en los acuerdos del clima. El camino para lograrlo, según los científicos del clima, pasa inevitablemente por reducir significativamente la emisión de gases de efecto invernadero.Los detalles de la investigación, realizada por científicos británicos y chinos, se publican esta semana en la revista Nature Climate Change. Según sus estimaciones, en ambos casos aumentaría la desertificación pero ese medio grado de diferencia, asegura el estudio, importa y mucho pues supondría "una reducción dramática" de la fracción de la superficie terrestre que experimente cambios importantes en comparación con lo que ocurriría si el incremento es de dos grados. En concreto, afirman que hasta un 25% de la superficie de nuestro planeta pasaría a ser "significativamente más seca" con dos grados más.
Más sequías graves e incendios
Esto se traduciría en un aumento de las sequías graves y de los incendios forestales que a lo largo del siglo XX y en lo que llevamos de siglo XXI ya han ido aumentado en el Mediterráneo, en el sur de África y la costa este de Australia. "La aridez es una seria amenaza porque puede tener un impacto crítico en sectores como la agricultura, la calidad del agua y la biodiversidad", advierte en una nota de prensa Chang-Eui Park, científico de la Southern University of Science and Technology (SUSTech) en Shenzhen (China) y coautor de la investigación. Para estimar la aridez de un territorio se combina la información sobre las precipitaciones y la evaporación. Los investigadores estudiaron las proyecciones a partir de 27 modelos climáticos globales para identificar qué áreas del mundo cambiarán sustancialmente teniendo en cuenta las variaciones que están experimentando en la actualidad y simulando un aumento de 1,5º y 2ºC respectivamente.Así, concluyeron que las regiones que son semiáridas en la actualidad se convertirán en áridas. "Nuestra investigación predice que la aridez afectará a entre el 20 y el 30% de la superficie terrestre mundial cuando las temperaturas globales experimenten un aumento de dos grados. Pero si el calentamiento se limita a 1,5ºC, dos tercios de las regiones afectadas podrían evitar que esa aridez fuera significativa", señala Manoj Joshi, de la Escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad de East Anglia (Reino Unido). España sería uno de los países más beneficiados si el aumento de temperaturas se limita a 1,5ºC, según señala Tim Osborn, de la Universidad de East Anglia. Junto a España, los demás países del sur de Europa, el sureste de Asia, el sur de África, Centroamérica y el sur de Australia serían los más favorecidos por un calentamiento limitado. Todas estas regiones vulnerables, destaca el artículo, acogen al 20% de la población mundial.
El ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, rabino Sergio Bergman y el secretario de Coordinación Interministerial de Jefatura de Gabinete, Mario Quintana, presentaron el Sistema de Mapas de Riesgo del Cambio Climático, cuya plataforma interactiva permite visualizar mapas de riesgo sobre diversos escenarios de amenazas y vulnerabilidades sociales relacionadas con el fenómeno. La herramienta será de gran utilidad para los tomadores de decisiones, tanto del sector público como del privado.
“Esta es una plataforma abierta que marca un punto de inflexión en el cambio de paradigma”, indicó el ministro de Ambiente. “Sirve de insumo para el gobierno y para las jurisdicciones. Se trata de una herramienta de planificación del impacto del cambio climático para las decisiones políticas que tenemos que tomar, porque sin descuidar la emergencia, lo urgente es el mediano plazo, la planificación estratégica”, puntualizó.
“Para Argentina, la primera prioridad no es desatender la mitigación, pero tenemos que poner por encima la adaptación porque atiende a la vulnerabilidad”, explicó Bergman, a la vez que agregó: “Nosotros tenemos que estar al lado de la gente y atender a los que menos tienen”. “Esta herramienta pone en relieve la adaptación, porque hasta que mitiguemos y podamos revertir tenemos que adaptarnos a lo que ya vino para quedarse y daña a los que menos tienen”, sostuvo Bergman.
Por su parte, Quintana, aseguró que lo presentado “se encadena con decisiones que viene tomando el Presidente desde que asumió. Él decidió poner al ambiente en un nivel de relevancia política sin precedentes en el país”. Al mismo tiempo, destacó que es fundamental “decirnos la verdad para poder construir soluciones duraderas sobre un vínculo de confianza. Y esta es una herramienta que se basa en la verdad climatológica”. “Aún hoy hay líderes que niegan los riesgos del cambio climático. Nosotros no lo negamos, lo ponemos sobre la mesa”, finalizó.
Argentina es altamente vulnerable al cambio climático, está expuesta en toda su extensión a eventos climáticos extremos, que resultan cada vez más frecuentes. En ese sentido, la plataforma web operada por el Ministerio de Ambiente, a través de la Subsecretaría de Cambio Climático, permite acceder a mapas con distintos escenarios que servirán para la planificación y la inversión de largo plazo y que fortalecerán las medidas de adaptación a nivel local, regional y nacional.
La herramienta resultará útil en todo el territorio al brindar información de calidad para el planeamiento de trabajos de infraestructura, las estrategias de desarrollo regional, el diseño de políticas de prevención de desastres, entre otros aspectos. También podrá ser usada por educadores, científicos y académicos, y por el sector privado.
Diego Moreno, secretario de Política Ambiental, Cambio Climático y Desarrollo Sustentable, sostuvo a su turno que la plataforma “es un primer paso para poner a disposición de toda la sociedad cuestiones ligadas con políticas públicas”. “Estos escenarios futuros, que Argentina ya está viviendo hoy, serán más persistentes y profundos”, aseguró.
La plataforma
Desarrollada como web interactiva, dinámica y amigable, facilita la representación gráfica de los resultados obtenidos en la Tercera Comunicación Nacional, un informe que presentó Argentina en 2015 a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que detalla los avances del país en materia de cambio climático y sus efectos observados. La plataforma utiliza tecnologías de representación espacial georreferenciada y es adaptable a dispositivos móviles.
“Una vez que sucede una catástrofe lo que queda es la emergencia. Lo que la herramienta se propone es predecir estos escenarios para que las políticas de respuesta sean más eficientes”, explicó el subsecretario de Cambio Climático y Desarrollo Sustentable, Carlos Gentile, también presente en la jornada.
El sitio muestra mapas de riesgo del cambio climático (que pueden ser descargados) a partir del cruce de diversas capas de información socioeconómica (vulnerabilidad), con las amenazas del clima proyectadas según diferentes escenarios climáticos y horizontes temporales (2039 y 2100). A partir de estos, se pueden identificar a escala de departamentos aquellos lugares con mayor modificación de la variable climática seleccionada y con mayor vulnerabilidad social.
Hay que destacar que los datos que reflejan las amenazas del cambio climático fueron producidos por el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera, de la Universidad de Buenos Aires (UBA), mientras que los relacionados con vulnerabilidad social se desprenden de los últimos dos censos nacionales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) sobre condiciones sociales, habitacionales y económicas. En el futuro se incluirá información adicional sobre otros actores del sector público, el privado y la sociedad civil.
El acto se realizó en el CCK en donde también participaron la jefa de Gabinete de Asesores del Ministerio de Ambiente, Patricia Holzman; el secretario de Coordinación Interjudiccional, Lucas Figueras; el subsecretario de Gestión Integral de Riesgo de Desastres, Marcelo Rozas Garay; la directora nacional de Relaciones Institucionales del Ministerio de Seguridad, Andrea Chiappini; el diputado Marcelo Wechsler; representantes de la ACUMAR, de la Administración Nacional de Parques Nacionales, del Ecoparque de la Ciudad de Buenos Aires, de distintas ONG, entre otros funcionarios nacionales y del sector privado.
La Tierra está seriamente dañada. Durante décadas, el hombre ha explotado los ecosistemas por encima de los límites sostenibles con el fin de mejorar su calidad de vida. Los efectos adversos de esta voracidad están pesando más de lo que creía la ciencia. Por ese motivo, los científicos han unido sus fuerzas para advertir que si no tomamos medidas urgentes, las consecuencias serán "irreversibles". En 1992, la Unión de Científicos Preocupados (UCS, por sus siglas en inglés), junto con más de 1.700 científicos independientes -incluyendo a la mayoría de los ganadores del Nobel en ciencias-, redactaron la Advertencia de los científicos del mundo a la humanidad. Mostraron su preocupación por la destrucción de la capa de ozono, la pérdida de bosques, el cambio climático, la extinción de las especies o el crecimiento continuo de la población humana.En el vigésimo quinto aniversario de aquella declaración histórica, 15.000 investigadores de 184 países han revisado ahora la advertencia original en lo que consideran "un segundo aviso". Con datos de estos últimos años, los autores han evaluado las respuestas a las amenazas identificadas en 1992. A excepción de la estabilización de la capa de ozono, "la Humanidad no ha logrado avanzar lo suficiente en la resolución de los desafíos medioambientales y, lo que es más alarmante, la mayoría de ellos están empeorando", apuntan. Así, la cantidad de agua dulce disponible a escala global se ha reducido un 26%, el número de zonas muertas en los océanos ha aumentado un 75%, la población humana ha crecido un 35% o el número de mamíferos, reptiles, anfibios, aves y peces en los ecosistemas ha disminuido un 29%. "Algunas personas podrían sentirse tentadas a descartar esta evidencia y pensar que sólo estamos siendo alarmistas", sostiene William Ripple, profesor distinguido en la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Estatal de Oregón y autor principal del artículo. "Los científicos están analizando datos y observando las consecuencias a largo plazo. Quienes firmaron esta segunda advertencia no sólo están dando una falsa alarma. Están reconociendo las señales obvias de que estamos yendo por un camino insostenible. Esperamos que nuestro documento encienda un amplio debate público sobre el clima y el medio ambiente global".Los investigadores señalan como especialmente inquietante el aumento de los gases de efecto invernadero debido a la quema de combustibles, la deforestación y la producción agrícola. Además, creen que estamos poniendo en peligro nuestro futuro al no percibir el continuo crecimiento de la población -dos millones desde 1992- como un factor fundamental en las amenazas ecológicas e incluso sociales. Destacan también un evento de extinción en masa, el sexto en aproximadamente 540 millones de años, en el que muchas formas de vida actuales podrían ser aniquiladas o al menos comprometidas a la extinción a finales de este siglo.Edward O. Wilson, biólogo de la Universidad de Harvard y firmante de la declaración, advierte de esta catástrofe desde hace años, en lo que él califica como "la sexta extinción". Aunó sus causas en la palabra HIPPO (hipopótamo), las siglas en inglés de pérdida de hábitats, especies invasoras, contaminación, superpoblación y captura excesiva de especies salvajes. Todas ellas provocadas por la actividad humana. Sin embargo, no todo son malas noticias. "La rápida disminución global de las sustancias que destruyen la capa de ozono muestra que podemos hacer cambios positivos cuando actuamos con decisión". Destacan también los avances en la reducción de la pobreza extrema y el hambre y la disminución de las tasas de fecundidad en muchas regiones gracias a las inversiones en la educación de niñas y mujeres, a través de iniciativas como World Bank y Population Division. "Hemos aprendido mucho desde 1992, pero los cambios en la política ambiental, el comportamiento humano y las desigualdades globales todavía están lejos de ser suficientes", sentencian.
MEDIDAS NECESARIAS
Los científicos, los medios de comunicación y los ciudadanos, según los autores, deben insistir a sus gobiernos para que tomen medidas inmediatas. También llaman a reflexionar y a cambiar nuestros comportamientos individuales, "limitando nuestra propia reproducción y disminuyendo nuestro consumo de combustibles fósiles, carne y otros recursos". En su manifiesto, los autores describen los pasos que se podrían tomar para revertir las tendencias negativas. Algunos de ellos son la declaración de reservas terrestres, marinas y aéreas protegidas, la protección de ecosistemas, reducir el desperdicio de alimentos, impulsar un cambio hacia dietas más vegetales, promover la reducción de la fertilidad, fomentar la educación ambiental, evitar la extinción de las especies salvajes o promover las energías renovables. Ignorar este segundo aviso, dicen, produciría consecuencias nefastas y catastróficas en la biodiversidad y llevaría a la humanidad a la miseria. "Pronto será demasiado tarde para cambiar el rumbo de nuestra trayectoria fallida, y el tiempo se acaba. Debemos reconocer, en nuestra vida cotidiana y en nuestras instituciones de gobierno, que la Tierra es nuestro único hogar".
Los diez puntos negros
Agua: Se ha reducido un 26% la cantidad de agua dulce disponible por cada habitante.
Sobrepesca: Reducción drástica de las capturas de peces salvajes.
Océanos: Aumento del 75% de las zonas muertas en los mares.
Tierra: Cerca de 120 millones de hectáreas de bosques se han convertido en terrenos de cultivo.
Clima: El crecimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero sigue calentando la temperatura media del planeta.
Población: El número de habitantes ha crecido un 35% desde 1992.
Especies: El número de mamíferos, reptiles, anfibios, peces y aves ha descendido casi un 30%.
Cultivos: La degradación de los suelos debido a la explotación agrícola afecta a un 11% de los suelos de cultivo.
Contaminación: La mala calidad del aire y la lluvia ácida están causando graves problemas de salud humana en todo el mundo.
Alimentación: La gran demanda en algunos lugares del mundo está causando problemas de abastecimiento en 80 países que albergan el 40% de la población mundial.
Un mapa basado en los datos recolectados por una universidad de los Estados Unidos muestra cuáles son las naciones mejor preparadas para adaptarse a los efectos del calentamiento global.
Una infografía que muestra cuáles son los países del mundo que están mejor preparados para adaptarse al calentamiento global volvió a circular en estos días en internet y en las redes sociales.
La infografía, realizada por Eco Experts, un sitio británico especializado en temas de ahorro energético, está basada en los datos del Notre Dame Global Adaptation Initiative (ND-GAIN), un ranking elaborado por la universidad estadounidense de Notre Dame.
El ranking analiza varios factores para determinar la vulnerabilidad de cada país y su preparación para enfrentar los cambios. Entre los aspectos considerados se encuentran la calidad de la infraestructura, la capacidad tecnológica, la estabilidad política, la capacidad de los líderes de tomar medidas de prevención.
En rojo se encuentran los países mayormente en peligro; en verde, los más preparados. El resultado es el siguiente:
El mapa evidencia cómo los países desarrollados son los que mejor podrán resistir el impacto del cambio climático.
Por otro lado, la infografía deja al descubierto una contradicción: los países mejor posicionados son aquellos que, a causa de su actividad industrial, más contribuyeron al calentamiento global. Por eso, en el Acuerdo de París se estableció que los países del primer mundo compensaran a los demás, mucho menos responsables la situación actual.
En América Latina y el Caribe, los únicos países suficientemente preparados para no ser considerados en riesgo son Chile y Uruguay.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que en un mismo país puede haber zonas desiguales, con algunas regiones o ciudades que podrían ser más afectadas que otras. Ciudades como Miami, por ejemplo, tendrían muchos más problemas para soportar los efectos de las nuevas condiciones, a pesar de que los Estados Unidos sea uno de los países mejor preparados.
Lo cierto es que, en general, los países desarrollados cuentan con infraestructura e instituciones más aptas para responder al calentamiento global. Por ejemplo, los gobiernos de esas naciones podrían necesitar un esfuerzo menor para obligar a los habitantes de las ciudades costeras a trasladarse al interior del país o construir nuevos aeropuertos y rutas alejados de las zonas de riesgo. El mapa refleja la habilidad de los países de hacer esto.
Según el ranking, los países que tienen más probabilidades de sobrevivir al cambio climático son:
1. Dinamarca
2. Nueva Zelanda
3. Noruega
4. Singapur
5. Reino Unido
Por otro lado, los que tienen menos posibilidades son:
1. República Centroafricana
2. Chad
3. Eritrea
4. Burundi
5. Sudan
De acuerdo con un estudio reciente, el cambio climático causará cerca de 60 mil muertes prematuras en 2030 y matará a 260 mil personas en 2100: la dramática cifra obedece a un pronóstico sin cambios, que continúa con el ritmo de crecimiento actual.
Las mediciones ya no se pueden ocultar: indican alerta roja. Para estabilizar el aumento de la temperatura es necesario un cambio radical y urgente. Es absolutamente necesario alejarse de la quema de combustibles fósiles en energía más limpia como la solar.
Por: Hugo Carmona Torres
Las olas de calor se han visto muy crudas este verano en los viñedos de San Juan. La uvas y hojas de la viña reciben intensa radiación solar que afecta la productividad y la calidad de los vinos. Este fenómeno se viene repitiendo en los últimos años y ya la cosecha se ha adelantado por el cambio climático.
El tema es prioridad en el mundo. Suplemento Verde entrevistó a un sanjuanino especializado en el tema actualmente radicado en España. Nos referimos al ingeniero agrónomo Fernando Mestre Sanchís, PhD. Economía, Universidad de Zaragoza, Integración del Cambio climático en los Procesos de Decisión Agraria. Ha publicado varios artículos de investigación y realizado estancias de investigación en Europa, EEUU y Argentina.
-¿Qué es el Cambio climático?
- Es el resultado de la modificación producida por el ser humano en la atmósfera, tanto en los gases que la componen como en la proporción de estos gases,cuyo equilibrio se había alcanzado a lo largo de siglos.El cambio climático tiene un origen antropogénico, lo hemos producido entre todos, unos en mayor proporción.Los principales gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, gas metano, óxido nitrosos, etc) están expresados en partes por millón (ppm), partes por billón (ppb) ó partes por trillon (ppt). El dióxido de Carbono supero en 2016 los 400 ppm. La humanidad casi duplicó en pocos años este valor.
¿Qué papel juega el dióxido de carbono?
Un papel clave: variaciones muy pequeñas en la concentración del gas en la atmósfera pueden alterar la transparencia atmosférica y crear efectos catastróficos como el cambio climático global. El gas carbónico una vez emitido permanece en la atmósfera durante siglos. No se descompone como otras formas de contaminación, como partículas. Se queda allí por un tiempo muy largo, hemos utilizado la mayor parte de las reservas de carbono. Retrasamos la acción durante demasiado tiempo, y estamos muy cerca de los niveles de CO2 que crean una cubierta que evita que el calor del sol se escape, causando así calentamiento irreversible y permanente cambio climático que va a matar la compleja red de especies que hace la vida en la Tierra. Somos parte de esa red de vida y nuestra supervivencia está en juego. La diferencia entre nosotros y los dinosaurios es que sabemos qué está sucediendo y qué se debe hacer al respecto. ¿Lo haremos?.
-¿Cuál es la situación actual?
-Grave si no se actúa pronto. Desde que comencé a interesarme por el tema del cambio climático (1994) el conocimiento respecto de este fenómeno ha avanzado y la certidumbre es cada vez mayor del origen antrópico del cambio global, la inercia de las políticas para la reducción de emisiones (mitigación) y siguen sin tomarse medidas y el nivel actual de dióxido de carbono en la atmósfera ha superado los 400 ppm.
El 5º informe confirma que la influencia humana en el sistema climático es clara y va en aumento, y sus impactos se observan en todos los continentes y océanos. Muchos de los cambios observados desde la década de 1950 no han tenido precedentes en los últimos decenios a milenios. El grupo intergubernamental de cambio climático (IPCC) está hoy seguro de que la actividad humana es actualmente la causa principal del calentamiento global.
Hoy disponemos de los medios para limitar el cambio climático. Sin embargo, para estabilizar el aumento de la temperatura por debajo de 2 ºC respecto de los niveles preindustriales será necesario un cambio radical y urgente. Además, cuanto más esperemos a actuar, mayores serán el costo y los desafíos tecnológicos, económicos, sociales e institucionales que enfrentaremos.
-¿Qué se ha hecho para combatirlo?
-La contribución más significativa para reducción de emisiones ha sido la creación del Mercado de Carbono que dio lugar posteriormente a la firma del Protocolo de Kioto. Esto permitió que las empresas contaminantes pagaran por sus emisiones de gases de efecto invernadero, que los países en vías de desarrollo se beneficiaran de la financiación mediante los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) y se creara una conciencia de la necesidad de mejorar la eficiencia energética.
En este sentido, se han impuesto algunos indicadores que han ayudado a los consumidores a orientar su consumo hacia productos más amigables con el medioambiente como son las etiquetas de eficiencia energética de los electrodomésticos y vehículos, la Huella de Carbono de productos, servicios ó empresas, etc.
Un ejemplo de esto es el incremento de la eficiencia energética en viviendas, por la mejora en los aislamientos térmicos o la sustitución de luminarias por otras más eficientes. En general cambios poco relevantes, e insuficientes para combatir el problema.
-¿Existe algún vínculo entre la Globalización en el Cambio Climático?
Sí, la globalización fue liderada por las instituciones de Breton Woods fundadas después de la Segunda Guerra Mundial para alentar y hacer cumplir un patrón de comercio internacional duplicando el colonialismo a escala global: extracción profunda y extensiva de recursos de países en desarrollo exportados a precios bajos para consumo en los países industrializados.
Este patrón de comercio internacional puede ser visto como una tragedia global de los bienes comunes, ya que las naciones en desarrollo carecen de derechos de propiedad sobre los recursos extractivos y sus gobiernos dependen de las organizaciones internacionales.
Es absolutamente necesario alejarse de la quema de combustibles fósiles en energía más limpia como la solar. Esto podría tomar décadas ya que la infraestructura actual de de energía vale 55 billones de dólares según la AIE y es casi un 90% fósil. Esto no se puede cambiar a energía renovable tan pronto como es necesario.
Si bien es necesario el cambio a las energías renovables, no es suficiente: el 2014 5to Informe de Evaluación del IPCC , que es la autoridad científica mundial, documenta que se necesita mucho más para evitar el cambio climático catastrófico. El IPCC documenta que ahora necesitamos eliminar físicamente el gas carbónico que ya está en la atmósfera.
Las emisiones de las industrias, el uso de combustibles fósiles, la desforestación, etc, son fuentes importantes de gas carbónico, causante del calentamiento global.
¿Es la globalización reversible?
Esta ola de globalización ha tenido lugar desde 1945, y no puede ser revertida rápidamente. Sus efectos son globales y el tiempo necesario para abordarlos es un tema principal.
La única manera de corregir algunos de los peores aspectos de la globalización según algunos investigadores, es acordar límites obligatorios sobre el uso del aire, agua y biodiversidad (alimento), nación por nación. Es posible y debe hacerse pronto.
El Protocolo de Kioto de la ONU hizo esto para las emisiones de carbono en 1997 y se convirtió en ley internacional en 2005, reduciendo con éxito las emisiones de las Naciones de Kioto en un 30%. El Acuerdo de París no tiene límites obligatorios - de hecho, no tiene una política para implementar los objetivos previstos, ninguno.
¿Cuáles son las soluciones más innovadoras?
Las nuevas tecnologías y estrategias empresariales que eliminan el CO2 directamente del aire y lo estabilizan en la tierra vendiéndolo para la producción rentable de materiales de construcción incluyendo plásticos y fibras de carbono, bebidas, refrigerantes como el hielo seco, desalación de agua, combustibles sintéticos y muchos otros usos económicos bastante valiosos.
¿Es reversible el cambio climático?
El alcance global y la complejidad del tema desafían el conocimiento estándar y paralizan a la mayoría de las personas, y esto se combina con los intereses económicos de grupos y empresas que invierten en fuentes de energía convencionales como los combustibles fósiles. Alrededor del 45% de las emisiones provienen de las plantas eléctricas.
¿La comunidad científica está cumpliendo su responsabilidad de advertir?
Sí, pero sólo hasta cierto punto. La ciencia está impedida de alcanzar su potencial. Hay dos tipos de ciencias que no se comunican bien entre sí: las ciencias sociales y físicas. De hecho, la economía es la causa del cambio climático.
Los combustibles fósiles son emitidos principalmente para producir energía y avanzar en la industrialización. Sin embargo, los efectos del cambio climático son físicos: concentración atmosférica de CO2, derretimiento de cuerpos de hielo, aumento de los océanos, intensidad y frecuencia de corrientes de aire y tormentas.
Las causas son económicas, y los efectos son físicos. Dado que los efectos son físicos, los economistas no los miden bien. Puesto que las causas son económicas, hay poco que los físicos puedan hacer para resolver el problema. Hay que superar la larga división entre las ciencias sociales y las físicas: colaborar para resolver el problema.
Además, la economía de mercado no mide los daños causados por el cambio climático. En este sentido mi Tesis Doctoral a fines del siglo pasado tuvo el objetivo de poner valor económico a los impactos en la agricultura.
¿Cómo afecta el hielo de fusión al medio ambiente?
Los principales sistemas físicos del mundo están conectados. A medida que aumentan los niveles de CO2, el hielo polar se derrite, los océanos se elevan porque el hielo derretido se expande, y la mayoría de las formas de vida se extinguirán si se llega a un catastrófico cambio climático, incluyendo posiblemente nuestra propia especie humana.
La atmósfera, los océanos y la biosfera son un sistema global único. Ya estamos en medio del sexto episodio más grande de extinción en el planeta Tierra, comparable sólo a la ocurrida cuando los dinosaurios desaparecieron. La extinción humana es de hecho un resultado probable a menos que tomemos medidas. Y, como seres humanos, tenemos una capacidad única de conciencia y de actuar. Es posible, y debe hacerse ahora antes de que sea demasiado tarde. ¿Lo haremos?
¿Cómo vamos a acabar con la inercia política?
Las herramientas que necesitamos para resolver el cambio climático están en nuestras manos. Sólo tenemos que elegir el camino correcto y pasar a la acción, y tenemos que hacerlo ahora mismo.
¿Cuál es el reto que plantea el cambio climático para la agricultura?
Actualmente existe un desafío planteado por la FAO que consiste en duplicar cantidad de alimentos a nivel mundial para el año 2050 (respecto del 2000) para abastecer a la población mundial en la misma superficie cultivable, con menos agua, menos combustibles fósiles y menos fertilizantes químicos.
¿Qué se puede hacer en San Juan para afrontar el desafío?
En San Juan como en muchas otras regiones del planeta estamos siendo afectados y lo estaremos más en el futuro a pesar de haber contribuido muy escasamente a generar el problema.
Una de las claves para actuar mientras la concentración de GEI sigue creciendo es aumentar la Resiliencia. Este término derivado de la psicología y que se ve muy asociado al CC hace referencia a la capacidad de un organismo, individuo, ecosistema, etc. de sobreponerse y seguir funcionando después de haber sufrido un estrés traumático.
Ing Agr. Fernado Mestre Sanchís.
"Resolver este problema está en nuestras manos. Sólo tenemos que elegir el camino correcto y pasar a la acción, y tenemos que hacerlo ahora mismo".
Urge aplicar nuevas alternativas energéticas para el mundo. La solar es una fuente limpia Fuente: DiarioDeCuyo.com.ar